miércoles, 18 de noviembre de 2009

sábado, 14 de noviembre de 2009

Dreyer y el cine mudo II.

Plano-secuencia IV.

Plano-secuencia III.

Plano-secuencia II.

Plano-secuencia I.



Sed de mal (Orson Welles, 1958)
El comienzo de la película: en la frontera entre Méjico y Estados Unidos.
Esta secuencia es una de las más famosas de la historia del cine, y sobre todo, es uno de los ejemplos más gloriosos de lo que se ha llamado plano-secuencia: plano único que se desplaza por el encuadre. Voy a elegir aquellas instancias más relevantes para el comentario de la secuencia.

Planos y montaje.

En primer lugar voy a intentar describir la parte formal de la secuencia, atendiendo a los rasgos más llamativos: comienza con un primer plano-detalle de una bomba que seguidamente es introducida en un coche. No sabemos el porqué de esta situación, pero justamente esto es lo que ayuda a incrementar la incertidumbre y el suspense de toda la secuencia. Antes de introducir la bomba en el coche, la visión de la cámara gira para contraponer ese primer plano en detalle y sin profundidad, con una perspectiva por donde se acercan una pareja riéndose.
Travelling mediante el cual seguimos al que coloca la bomba en el coche y picado para ver que la pareja que se venía riendo es la propietaria de ese coche. Es importante destacar aquí que la cámara está sobre una grúa, y esto significa que los movimientos de travellig, panorámica o ángulo picado resultan yuxtapuestos y naturales en la filmación.
Me parece interesante destacar que cuando arranca el coche su visión nos es impedida por el tejado de un edificio. Esto funciona casi como un fundido en negro y nos hace ver toda la secuencia de este inicio de la película sin percatarnos de dicho plano-secuencia. Esta “transparencia” es un mérito de Welles.
Prácticamente hacia la mitad de la secuencia aparece una segunda pareja: la pareja de protagonistas. Abandonamos la visión del coche, pero sabemos que vamos en su misma dirección. ¿Cómo alcanzarlo? La ciudad es muy populosa y el vehículo es continuamente entorpecido por otros obstáculos. Explicación en el puesto fronterizo de quiénes son esta segunda pareja y a qué han venido a México. También deducimos lo que han estado haciendo la primera pareja.
Podemos distinguir al menos dos tipo de plano-secuencia: uno en profundidad como el de Welles, que nos mantiene el interés todo el tiempo alerta. Y otro plano, que suele traernos a la mente una actitud más reflexiva, como de detención del tiempo, ante la secuencia que estamos observando. Como por ejemplo el de Tarkovsky en "Nostalgia"


Sobre la banda sonora.
El primer sonido de la película es el tic tac de funcionamiento de la bomba que se va a combinar con la banda sonora que, rítmicamente, nos recuerda ese mismo efecto. Esta música es predominante hasta el breve diálogo del puesto fronterizo. Allí descubrimos quiénes son esta última pareja y a que se dedica su marido.
Figuras retóricas y de significado. Análisis de contenido.
Una pareja que se ha ido a divertirse a una ciudad de México fronteriza con Estados Unidos. Una segunda pareja en la que el marido es policía dedicado a la persecución del tráfico de drogas. Todos estos son los elementos que establecen la intriga que se va a desarrollar a lo largo de toda la película. Es el principio de la cinta y el planteamiento de todo lo que va a venir después.
Análisis global de la secuencia.
La importancia de la fotografía en blanco y negro nos introduce en las películas de “cine negro” con los consiguientes tópicos del género: policías y delincuentes, ambiciones, traiciones, asesinatos, raptos y mentiras, etc.
En conclusión, un arranque brillante que te atrapa y que te lleva a no poder dejar de seguir viendo la película hasta el final. Un interrogante: ¿se imagina usted al espectador actual que ve el cine por la TV y que ésta por sus compromisos publicitarios corte nuestro plano-secuencia?

domingo, 1 de noviembre de 2009

En el principio fue la fotografía: Muybridge.

Algo más sobre Muybridge.

El fusil fotográfico de Marey también pretendía atrapar la imagen.

Y después la barraca de feria.

Thomas Edison en 1894.

Dickson, empleado de Edison, retratando a Fred Ott.

Llegamos a los hermanos Lumière.

Los anamorfismos hicieron un guiño a estas máquinas de visión.

El primer plano, esencia del cine y del cine mudo I.

Uno de los grandes: D. W. Griffith.

Otro grande: Abel Gance.



La secuencia que he escogido es muy atrevida desde el punto de vista técnico, ya que a través de sobreimpresiones se consigue un “montaje paraleleo” entre unos niños-soldados jugando en la nieve y un primer plano de una mujer. Los movimientos de cámara con la finalidad de dar mayor ritmo a la escena también resultan muy actuales.

Tampoco podemos olvidar a S. Eisenstein.



Famosísima secuencia donde se contrapone la uniformidad de los soldados frente a la masa caótica que huye despavorida, todo ello es combinado a su vez con “elementos chocantes,” como pueda ser la imagen de un cisne en el cinturón de una mujer o los anteojos ensangrentados.